En Diva, la artista Maria Callas se halla en el ocaso de su vida. Reside en París alejada de todo. Su voz es solo una sombra de lo que fue. La crítica se cebó con ella en sus últimas apariciones y no ha vuelto a cantar en público. La realidad de su decadencia le hace aferrarse a un mundo de recuerdos. Desdeña el presente, pero convence a su repetidor Ferruccio para que la acompañe en un imaginario repertorio que ya no podrá realizar. Por momentos lo confunde con Onassis, su gran amor, que la abandonó por Jackie Kennedy. En su delirio surge la nostalgia de los momentos más apasionados y estelares.
Mezclando el odio y el amor, se imagina al magnate griego como pareja de los grandes dramas operísticos que ella protagonizó. Alguien que la mata o alguien con quien morir al final de la ópera de su vida. Es el inicio del camino hacia su propio y misterioso final, que muy pronto realizará a su voluntad.