PROGRAMA EN GIRA:
- LA TORTUGA DE GAUGUIN
He oído decir que durante una de sus estancias en las islas Marquesas, Paul Gauguin tuvo la idea de pintar directamente el caparazón de una joven tortuga viva, perdida por una playa. Me gusta pensar que gracias a la longevidad de la que disfruta esta especie, una obra del pintor, a la vez que se libra de la codicia de los especuladores, sigue, todavía en la actualidad, surcando los grandes fondos en su pequeño museo ambulante.
¿Qué anécdota más adecuada para ilustrar nuestro deseo de proponer al público una visión singular del arte, en particular de la pintura?
Singular sobre todo porque abarca a la vez la obra acabada y la fase de fabricación de las imágenes, etapa a nuestro parecer decisiva de la elaboración de una obra. Como lo han entendido, no se trata de decisiva en su aspecto documental, sino en la dimensión dramatúrgica de la creación de imágenes en el espectáculo vivo.
No nos proponemos hacerlo a la merced de las olas de Polinesia, sino en el flujo del tráfico urbano, en medio de un cruce o de una plaza pública, dónde hemos instalado nuestro gran caballete. Nuestra música, que se toca en directo, igual que la voz de la actriz recitante y de los propios pintores, sustituirán el ruido de la resaca y de la queja del viento en los cocoteros, que formaban sin duda el fondo acústico de la actividad de Gauguin.